Todos los que estéis leyendo este artículo conoceréis el milenario juego del ajedrez. Este deporte (cerebral) de estrategia siempre ha sido un referente en cuanto a juegos de inteligencia y destreza táctica. Es por ello que el hecho de que una máquina sea capaz de competir de tú a tú con grandes jugadores a nivel mundial hace que la idea de la "inteligencia artificial" cobre un mayor significado. Sin embargo, un ordenador al fin y al cabo se comunica con las personas a través de diferentes dispositivos, generalmente pantalla, teclado y ratón.

Aquellos que hayan jugado a este juego, tanto con un tablero físico como con un ordenador, se habrán dado cuenta de que jugar a través de una pantalla "no es lo mismo". Tener un tablero delante, observarlo desde distintos ángulos y poder tocar las piezas da un valor añadido al juego, que con una pantalla y un ratón se pierde. He aquí la motivación de este trabajo. La unión del mundo del ajedrez de la inteligencia artificial con el mundo físico que se puede oír, ver y tocar.

Cualquier jugador de ajedrez que se precie necesita, principalmente, de tres elementos fundamentales: unos ojos que vean, un cerebro que piense y un brazo que mueva. Estos son los puntos principales de este proyecto.

La visión artificial es un tema muy actual y complicado. Existen muchos escenarios donde es interesante poseer no sólo una cámara, sino la capacidad de entender sin mediación humana qué se está viendo a través de este dispositivo. En nuestro caso, necesitamos de esta visión para analizar el tablero, sus piezas y saber qué ha movido nuestro contrincante para poder actuar en consecuencia.

Para el desarrollo de nuestra visión artificial vamos a utilizar una cámara web normal y corriente para "ver". Sin embargo, como ocurre en el ser humano, los ojos por sí solos no observan, sólo miran. Es por ello que se hace necesario programar una serie de algoritmos que permitan a nuestro jugador virtual "observar" el tablero, no sólo verlo. Para ello se analiza dónde se encuentra el tablero dentro de la imagen que nos proporciona la cámara y a su vez miramos qué hay en cada una de las casillas para conocer el estado del tablero que tenemos delante.

Una vez que hemos observado el tablero y hemos visto qué ha movido nuestro contrincante entra en juego nuestra inteligencia artificial. La idea original del proyecto era crear desde 0 un programa que jugara al ajedrez. Sin embargo, una frase lapidaria de mi director de proyecto, Mariano Fernández, me convenció de que no era buena idea: "No reinventes la rueda cuadrada". En efecto, ya existen programas que juegan al ajedrez y muy bien además. De forma que hemos decidido utilizar uno de estos motores de ajedrez. En concreto, Crafty.