PARTITURAS DE ESPACIOS
María Fernández Hernández
PARTITURAS DE ESPACIOS
La arquitectura es un cuento de músicas
“La arquitectura es una música de piedras y la música, una arquitectura de sonidos”.
Ludwig Van Beethoven
Compositor y arquitecto, arquitecto y compositor.
Los dos apelativos pueden aplicarse a todos aquellos pensadores del espacio ya lo hagan con sonidos o con líneas.
Son las manos y la mente de cada uno de ellos las que dan vida a obras espaciales que envuelven y rodean la realidad. Su complejidad y belleza residen en la capacidad de imaginar y expresar lo que viven y sienten de una manera diferente.
Entonces es cuando se produce la maravillosa sorpresa de la confusión entre las dos disciplinas, el espacio empieza a tomar forma sobre el papel y, aunque su conclusión sea distinta, el límite entre las dos realidades se difumina. Lo que eran simples símbolos que representan tiempos, tonalidades y distancias adquieren un significado complejo y de conjunto componiendo sobre una estructura fija un nuevo valor y aspecto de la realidad.
Este nuevo valor sólo sale a la luz con la interpretación, es decir, sólo pueden ser entendidas y comprendidas al poner a funcionar sus armonías y en el ejercicio de su actividad interna. Por ejemplo, una partitura es solo un plano de música, sólo es su interpretación la que nos revela la imagen completa de su espacio. De esta misma manera, un plano de arquitectura es solo una partitura del espacio que se espera de él; sólo cuando el plano se hace realidad la obra se comprende por los que la habitan.
Así, los dos oficios tienen una responsabilidad con todos aquellos que se envolverán por esos espacios.
Su trabajo debe estar fundamentado en la capacidad real de generar buenas obras comprometidas con su tiempo.
La música se puede entender como Arquitectura: es cuestión de armonías, una pura creación del espíritu.
Le Corbusier